CIENCIAS SOCIALES Y HUMANIDADES

Estudian restos óseos de tuco-tuco como posibles indicadores de los cambios ambientales en el Desierto del Monte

La investigación propone una nueva metodología como indicador de alta resolución para investigaciones paleoclimáticas en ambientes áridos.


Tuco-tuco (Ctenomys). Gentileza: Daniela Rodríguez (IADIZA).
El estudio se realizó a partir de muestras modernas provenientes de egagrópilas. Gentileza investigadores.
El estudio se realizó a partir de muestras modernas provenientes de egagrópilas. Gentileza investigadores.
Tuco-tuco (Ctenomys). Gentileza Pablo Cuello (IADIZA).
Estudian restos óseos de tuco-tuco como posibles indicadores de los cambios ambientales en el Desierto del Monte. Gentileza investigadores.
Estudian restos óseos de tuco-tuco como posibles indicadores de los cambios ambientales en el Desierto del Monte. Gentileza investigadores.

Un equipo de especialistas del CONICET analizó isótopos estables de carbono y nitrógeno presentes en huesos de tuco-tuco (Ctenomys), roedores que habitan densamente en el Desierto del Monte, para reconstruir los cambios climáticos y de hábitat ocurridos durante el Holoceno. El estudio se realizó a partir de muestras modernas provenientes de egagrópilas -bolos de regurgitación que se conforman por todo lo que no fue ingerido por las aves rapaces- de lechuzas, y arqueológicas recuperadas del valle de Uspallata.

La investigación propone esta metodología como un nuevo indicador de alta resolución para investigaciones paleoclimáticas en ambientes áridos. “Buscamos definir o desarrollar cómo reconstruir de modo sólido las variaciones climáticas más allá de los registros instrumentales. En ese sentido, nos interesa analizar los valores químicos en colágeno óseo (la relación entre los isótopos estables de carbono y nitrógeno) del tuco-tuco para evaluarlos como posibles indicadores de variabilidad climática y su dinámica espaciotemporal”, comenta José Manuel López, investigador del CONICET, en el Instituto Argentino de Investigaciones de las Zonas Áridas (IADIZA, CONICET-UNCUYO-Gob. Mza.) y uno de los autores del estudio.

El trabajo comparó restos óseos actuales de tuco-tucos con muestras arqueológicas. Al analizar los valores de isótopos estables de carbono (δ¹³C) y nitrógeno (δ¹⁵N) en el colágeno óseo, los especialistas identificaron una correlación entre estos marcadores y las condiciones climáticas del verano, especialmente la temperatura.

“Estos roedores mediante su dieta seleccionan plantas del entorno que a su vez tienen determinados valores isotópicos. Por su selección y proceso fisiológico las variaciones que finalmente encontramos en los colágenos de sus huesos mantienen un reflejo fiel a los parámetros climáticos de su entorno y las características ecológicas del hábitat. Al ser una especie de vida corta también reflejan el clima en una escala temporal fina”, dice Adolfo Gil, investigador del CONICET en el Instituto de Evolución, Ecología Histórica y Ambiente (IDEVEA, CONICET-UTN), otro de los científicos involucrados en el trabajo.

Según el estudio, el aumento de los valores de δ¹³C y δ¹⁵N en las muestras más recientes sugiere un incremento en las temperaturas estivales y una mayor presencia de plantas adaptadas a ambientes cálidos y secos. Este cambio coincide con una fase cálida global conocida como la Anomalía Climática Medieval (ACM). “La Anomalía Climática Medieval fue un período de clima relativamente cálido que afectó principalmente al hemisferio norte, especialmente Europa, entre aproximadamente los años 1000 y 700 años antes del presente. No fue un evento global uniforme, pero sí tuvo un impacto significativo en varias regiones”, explican los científicos, y agregan: “La ACM es relevante porque permite entender la variabilidad natural del clima antes de la era industrial. Compararla con el calentamiento global actual ayuda a distinguir entre cambios climáticos naturales y los provocados por actividades humanas. En Mendoza no es muy clara su definición y en todo caso su impacto. Por eso este estudio también representa una novedad sobre este tema”.

Este trabajo explora nuevas herramientas para comprender cómo el ambiente ha cambiado a lo largo del tiempo en el Desierto del Monte y demuestra la utilidad de los tuco-tucos como indicadores naturales de variabilidad climática, aunque los científicos consideran que es necesario abrir nuevas perspectivas para futuras indagaciones. “Es un primer acercamiento que nos dio un resultado muy sorprendente, pero necesitamos hacer más análisis, aumentando las muestras y abarcando otras regiones con climas distintos. Por otra parte, las muestras arqueológicas no tienen fecha radiocarbónica directa, por lo que la cronología es aproximada. También es necesario ver si este patrón se replica en otros sitios arqueológicos y en ecosistemas actuales”, concluyen.

Referencia bibliográfica:

López, J. M., Luna, M., Quiroga, G., Dauverné, A., Tarquino-Carbonell, A. P., & Gil, A. F. (2025). Stable isotopes in Ctenomys bone collagen as proxies for Holocene climate and habitat change in the Monte Desert (Argentina). The Holocene, 0(0). https://doi.org/10.1177/09596836251350231